Hace solo unos días el Ayuntamiento de Lantejuela (Sevilla) sufrió un robo, el de todas las pistolas de su Policía Local. No es la primera vez que se sustraen armas de las dependencias policiales e, incluso, droga incautada a los delincuentes.
Tanto los sindicatos policiales como las asociaciones profesionales de la Guardia Civil reclaman más seguridad en sus instalaciones, o lo que es lo mismo, más agentes y armeros seguros que sustituyan las “endebles” taquillas en las que en muchos casos tienen que dejar sus pistolas.
Dos pistolas Walther P99, tres Ceska modelo Brno 75 y toda la munición que encontraron fue el botín del que se apoderaron el pasado día 10 de mayo los ladrones que, sin más, entraron por la puerta principal del Ayuntamiento de Lantejuela sobre las cinco de la madrugada y accedieron al armero.
Ese mismo día se conoció que un juzgado de Ayamonte estaba investigando el robo, en enero del año pasado, de parte de un alijo de 2.000 kilos de hachís que se encontraban en las instalaciones de la Guardia Civil de esa localidad onubense en dos furgonetas incautadas en su día.
Y uno de los más recientes tuvo bastante repercusión mediática por el lugar donde ocurrió hace algo menos de un año. Un menor se coló en la sede de la Policía Nacional en Canillas (Madrid), un gran complejo donde se ubican muchas de las comisarías generales del cuerpo y donde el joven robó dos pistolas, que exhibió horas más tarde disparando al aire por las calles de Vallecas.
El chaval saltó un muro del complejo, vagó por él con claros signos de encontrarse drogado y ni las alarmas del recinto ni los agentes de seguridad se percataron de su sospechosa presencia.
Por la noche y a sabiendas de que no hay vigilancia. Así se produjo en octubre de 2021 el robo de 13 pistolas y munición a la Policía Local de Corrales de Buelna (Cantabria). No se supo a qué hora concreta, pero todo apuntaba a que entre las diez de la noche y las seis de la mañana, porque en ese tramo no había turno de noche. Así que los ladrones reventaron la puerta de acceso y arrancaron los armeros. Las cámaras de vigilancia no pudieron captarlo, porque no había.
Tampoco se percataron unos meses antes los inquilinos de la casa cuartel de Villafranca de los Caballeros (Toledo) de la entrada de dos individuos que forzaron las taquillas y se apoderaron de tres pistolas, además de varios uniformes y una caja fuerte. Aprovecharon el horario de cierre de la instalación policial para entrar. De todos modos les sirvió de poco, porque pocas horas después fueron detenidos.
Como solo abría de lunes a viernes y hasta las 14.00 horas, según denunciaron en su día las asociaciones de guardias civiles, los cacos eligieron el fin de semana para sustraer armas y munición el cuartel del instituto armado de Láchar (Granada), en febrero de 2019. Y así un largo etc…