Nuevo fracaso de España en Eurovisión con su representante Blanca Paloma y su Eaea, homenaje según ella misma a la yaya Carmen. Con una nana que anoche, en la gran final de Eurovisión 2023, no fue entendida, no gustó. Una vez más, nadie entiende a España.
La decepción total se instaló, sin embargo, en la delegación española cuando el público castigó a la representante española con cinco pírricos puntos, lo que la desplazó hasta el furgón de los diez últimos.
Lo dijo la propia protagonista Blanca Paloma al terminar el festival en sus primeras declaraciones a la prensa: «Quizá no conectamos con tanta gente como habíamos imaginado». «Duele oír a España», fue un comentario robado a un grupo de periodistas extranjeros que se desplazaron a Liverpool.
El debate sobre si los oídos de los europeos están preparados para un flamenco más puro o si están más abiertos a aceptar la diversidad cultural que hace 40 años, quedó zanjado con la humillante votación del público. Otro rotundo fracaso y España no aprende, como siempre.
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