La ministra de Empleo, Yolanda Díaz y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, han anunciado su propuesta de crear un pack de productos básicos a un precio asequible para todos los bolsillos en estos momentos de dificultad para muchas familias.
Una medida que no cuenta con el respaldo del PSOE, sus socios de Gobierno, quienes alegan que habría conflictos de competencia en el mercado. Además, han criticado que no se haya contado con Luis Planas, el ministro competente en esta materia para abordar la propuesta.
Sin embargo, no es una idea nueva. En Francia, durante la crisis financiera, se puso en marcha en el año 2011, en supermercados como Carrefour.
Precisamente es con este supermercado con quien se han reunido y se ha anunciado que durante la próxima semana lo harán con distribuidores. Todos son de grandes superficies.
Es evidente que la medida sería positiva para miles de familias, ofreciéndoles así el acceso a bienes de primera necesidad de manera asequible. Sin embargo, el hecho de que se trate de una medida que no pasará por un control ni apoyo gubernamental, puede suponer un problema real para los pequeños comercios.
Las tiendas de barrio, los pequeños comercios, no podrán competir con estas ofertas, bajo el riesgo de perder clientes o, en su caso, de perder los pocos beneficios que obtienen de su venta. Y es aquí donde se plantea un problema que puede afectar a una red de pequeños comercios que ya han venido sufriendo las dificultades que están generando los elevados precios de producción, de transporte y de distribución de productos.
Esta es una de las asignaturas pendientes que quedan por abordar por parte de Díaz y Garzón, que por el momento no han planteado una solución para que estos pequeños comercios puedan sumarse a la iniciativa sin perder beneficios, o incluso llegando a generarles pérdidas.
