Lukas Siebenkotten es el líder de la Asociación de Inquilinos de Alemania, (DMB). En declaraciones realizadas para el diario alemán Der Tagesspiegel, ayer domingo, afirmó que, al menos, un tercio de los inquilinos de bajos ingresos podrá tener serias dificultades para poder hacer frente al pago de las facturas de la energía para el próximo invierno.
«Estamos hablando de millones de personas«, subrayó. Especialmente las personas que se encuentran, a nivel económico, justo por encima de la línea que marca la diferencia entre aquellas que recibirán ayudas y quienes no.
Desde la Asociación de Inquilinos alemana piden al gobierno que amplíen el margen de perfiles de solicitantes de ayuda a la vivienda, para poder hacer frente al aumento de los precios de la energía. «Los inquilinos también deben estar protegidos contra la rescisión de los contratos si no pueden realizar los pagos exigidos por adelantado», señaló.
«Habría que aumentar significativamente los límites de ingresos para las personas que pueden reclamar el subsidio de vivienda. Solo ve el límite en una renta neta mensual de 5.000 euros por hogar», ha recogido el diario alemán Welt.
Siebenkotten también exigió que los inquilinos que no pueden pagar los altos costos de la energía estén protegidos contra la rescisión y reciban un aplazamiento de la deuda de dos años. La asociación de inquilinos ya había presentado algunas de las demandas en un plan de 9 puntos a finales de junio.
El canciller Olaf Scholz (SPD) anunció recientemente una reforma de los beneficios de vivienda como medida de alivio del gobierno.
Estas declaraciones se han producido como reacción a la recomendación de Klaus Mueller, jefe de la Agencia Federal de Redes, el regulador de gas de Alemania, que advirtió a los consumidores que deberían reducir ahora mismo por lo menos su consumo en el 20% para poder asegurar suministro de cara al invierno.
«En todos los escenarios nos enfrentamos a una amenaza de escasez de gas, seguro para el mes de diciembre», por ello, para poder mantener niveles de abastecimiento, se propone a la población que reduzca su consumo.
La alta inflación sumada al aumento del precio de los recursos energéticos generan una situación de gran incertidumbre, ante el temor de que Rusia corte por completo el suministro de gas natural al país.
Berlín, por su parte, ha puesto en marcha el mes pasado un plan de ahorro que conlleva aumentar las reservas de gas en las instalaciones de almacenamiento y poner en marcha las centrales eléctricas de carbón.