El Palau Pedralbes pasa a manos de la Generalitat ¿Presagio de nuevos cambios para Catalunya?

Fue requisado en su momento por el dictador Franco, y en principio tendrá un carácter compartido con el actual Palau de la Generalitat, pero el Govern encarga a Carles Fabró, hasta ahora jefe del Gabinete de Relaciones Externas y Protocolo, para reimpulsar el equipamiento y darle un mayor uso institucional y ciudadano.

¿Traerá nuevos cambios a Catalunya? Tarde o temprano veo el Palau de Pedralbes que ha pasado a ser competencia de la Generalitat, como el futuro centro de poder del Govern. El Consejo Ejecutivo del Govern ha aceptado este martes la cesión gratuita de dominio y libre de cargas y gravámenes de la finca donde se ubica el Palacio de Pedralbes y sus jardines que le ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona.

En este sentido, el Ejecutivo catalán tiene la intención de renovar el espacio para darle un mayor uso institucional y ciudadano, según explican fuentes de la Oficina del President. La finca actuará como segunda sede de la Presidencia y del Govern en Barcelona.

En rueda de prensa, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha explicado que la intención es que sea un «segundo palacio», como el de la sede de la plaza de Sant Jaume, que acoja actos y que tenga un «relevante papel institucional«. El reimpulso coincidirá con la reforma del Salón de San Jordi del Palau de la Generalitat, donde se celebran numerosos actos institucionales. Mientras duren las obras el Palau de Pedralbes acogerá buena parte de estos actos.

La administración catalana pasa a ser la nueva propietaria de la finca urbana con una superficie de 73.160 m², por lo cual asumirá todos los gastos de mantenimiento. Por lo que será más grande que el Palacio de la Moncloa del presidente español, de 58.293,81 m2. Este edificio y los jardines se incorporarán al Inventario General de Bienes de la Generalitat de Catalunya.

El hecho ha levantado polvareda. Desde Madrid nunca han entendido este cambio de manos por parte del ayuntamiento, tras requisarlo el dictador Franco. Aunque algunos ven este cambio de propiedad perfecto para engordar las arcas patrimoniales del Estado: