La propuesta que se había denominado Digital Green Pass o Certificado Verde Digital y tenía que servir para facilitar la movilidad de cara al verano y abrir las puertas de una nueva normalidad desconfinada, puede traer algún quebradero de cabeza con el turismo y la hostelería. Especialmente con los ciudadanos rusos que llenan los establecimientos de diferentes poblaciones durante el año.
La propuesta de Bruselas era un certificado que las autoridades tendría que emitir a todas las personas inmunizadas con una de las cuatro vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA): Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen.
Tiene que ser gratuito y bilingüe (la lengua oficial del estado y el inglés) y certificará también tests negativos o si se ha superado la enfermedad. Un código QR asegurará su autenticidad y validez, y podrá ser digital o impreso. Los países de la UE siguen debatiendo una unificación de los criterios.
Pero ahora el reglamento del Digital Green Pass, o como decimos, pasaporte de vacunación Covid-19, dará sólo por válidas, de momento, las vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y que hayan obtenido la autorización de comercialización en el entorno europeo. Por lo que se descartaría a los vacunados con la rusa Sputnik, o la chinas Sinovac y Sinopharm, entre otras.
