Gonzalo Boye ha vuelto a dejar en evidencia a la justicia española. El Tribunal Supremo, en pleno desconfinamiento del Covid-19, recordó como las declaraciones por vías telemáticas tienen el mismo valor que un discurso presencial en los juzgados.
«Es lo que hemos defendido desde el 2 de noviembre del año 2017, pero decían que no era así», expresó el abogado. Como recordatorio sobre las decisiones selectivas del alto tribunal cuando se trata cualquier tema sobre el Procés.
En aquella fecha, la juez Carmen Lamela se negó a aceptar la declaración por videoconferencia, desde Bélgica, de Carles Puigdemont, Toni Comín, Meritxell Serret y Clara Ponsatí.
Más de lo mismo con la catalanofóbia y la justicia politizada de España. Aquí el momento:
Es lo que sostenemos desde el 2 de noviembre de 2017… pero decían que no era así
— Gonzalo Boye (@boye_g) July 4, 2020