El Gobierno ha cambiado el guion en la negociación del estado de alarma. Si hace dos semanas Pedro Sánchez aseguraba que su compromiso «discrecional» era pedir cada prórroga por 15 días para rendir cuentas en el Parlamento, el presidente ha filtrado ahora la idea de solicitar al Congreso un mes de plazo.
Según informa este martes la agencia Efe, y lanzada por la SER, el Ejecutivo, que deberá llevar la semana que viene al Congreso la nueva prórroga, intentará negociar con los grupos parlamentarios que esta sea más extensa y poder alargar así esta situación excepcional hasta finales de junio sin tener que volver a pasar por la Cámara Baja.
Así la antidemocrática idea es que el Gobierno se aseguraría el mando único ante un creciente malestar de las comunidades autónomas, que inteligentemente piden actuar cada una según la lógica necesidad de su territorio. Quién conoce mejor cada región en esta salida progresiva al desconfinamiento que sus respectivos gobiernos territoriales, pero con sentido común. El criterio centralista impuesto para frenar la pandemia no es la mejor solución, ni la única, y eso descoloca al Ejecutivo.
Por eso la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ya está contactando con todos los portavoces parlamentarios, excepto el de Vox, para proponerles esta idea. El propio Sánchez ha presumido en más de una ocasión de que el periodo de quince días no era obligado, sino el elegido por el Ejecutivo para someter así cada prórroga al debate de los grupos cada dos semanas.
Así, el Gobierno ha iniciado mucho antes que en anteriores ocasiones la negociación con los grupos parlamentarios de la quinta prórroga del estado de alarma. La vicepresidenta Carmen Calvo ha dialogado con los portavoces de varios partidos, incluido el PP, a lo largo del martes, mientras que Sánchez se ha entrevistado con la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en el marco del diálogo permanente que acordaron mantener hace una semana.
Lo más sorprendente del caso es que en ninguna de esas conversaciones se ha mencionado el mes de prórroga, a pesar de que se había publicado en el diario El Confidencial ayer por la tarde. El partido naranja, por ejemplo, niega que Sánchez haya mencionado a Arrimadas la extensión de 30 días en lugar de los 15 habituales.
En su encuentro de este martes con la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, el presidente del Gobierno no ha planteado la posibilidad de alargar el estado de alarma por un mes más, si bien desde Ciudadanos no han descartado apoyar la prórroga, siempre y cuando prevalezca el diálogo y negociación entre el Ejecutivo y la formación naranja.
Las opciones del Gobierno PSOE-Podemos pasan por reeditar la mayoría de la semana pasada con PNV y Ciudadanos. ERC ya votó en contra y parece difícil que vuelva a la abstención o al sí. El partido naranja ha dicho que el plazo de 30 días en el estado de alarma no ha surgido en la conversación entre Sánchez y Arrimadas, pero tampoco se ha negado a respaldarlo. Y ha reclamado que el Gobierno siga manteniendo los canales de diálogo abiertos.
Lo que queda demostrado que no tiene lógica ni sentido común, sino solo afan de oscuro control, que se pudiera solicitar un mes de golpe, porque el instrumento de la alarma es más garantista, ya que no es el Gobierno el que se limita a aplicar una ley ordinaria, sino que en este caso es el Congreso el que autoriza o rechaza el permiso y el que impone las condiciones de esa ampliación, y la poca confianza que tienen el resto de formaciones por la nefasta gestión de Sánchez, se nos antoja muy dificil que se salga con la suya.
