martes, 23 de abril del 2024

Luis Gonzalo Segura: “Los militares no han intervenido Cataluña porque no han recibido la orden, pero se mueren de ganas”

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LasRepúblicas.com les ofrece integra traducida, una magnífica entrevista realizada desde LaRepublica.cat, al ex teniente Luis Gonzalo Segura.

Gonzalo Segura fue expulsado del ejército español para denunciar casos de corrupción y abusos sexuales, entre otros. Publica “En la guarida de la bestia”, un libro editado por Ediciones AKAL y que según el ex teniente constituye «el único relato crítico» con el papel de la mujer dentro del cuerpo armado.

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¿Qué objetivo persigue el libro? ¿Sigue la denuncia de abusos en el ejército como ha hecho Luis Gonzalo Segura en los últimos años o pone el foco en otros ámbitos?

Sigo el mismo relato de los últimos años, pero es la primera vez que se escribe un libro crítico sobre el trato que recibe la mujer en el ejército. Existen dos bloques, en el primer intento agrupar todos los casos con una clara connotación sexual y el segundo quiere hablar de la violencia psicológica.

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El libro tiene una clara intención didáctica, en los abusos detectados en el ejército no se tiene en cuenta ni la jerarquía.

¿Cómo es eso?

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Un abuso es reprobable, pero además hay que añadir que en la mayoría de casos detectados se pasa por alto un elemento muy importante en el ámbito militar: la jerarquía. El abusador siempre se cree con el derecho de estar por encima de la víctima.

Hay un caso donde un militar violó una jefa y fue expulsado del ejército. Ahora bien, un tribunal militar decidió que el elemento principal para condenarlo no era la agresión sexual, sino que había roto la disciplina y al mismo tiempo puso en peligro la eficacia del servicio.

Esto te demuestra una mentalidad retorcida y un poder judicial militar que va en dirección contraria al civil. En un caso de violación a nuestros tribunales, el abuso de poder hacia una persona siempre se interpreta como un factor clave para defender los intereses de la víctima.

 ¿Cómo empieza la violencia psicológica?

Primero de todo es vital insistir en que el ejército no existe el vínculo entre jefe y trabajador. El funcionamiento se rige a partir de una relación jerárquica donde hay un mando y un subordinado que debe acatar órdenes. Cuando un soldado se ha atrevido a despreciar un superior, directamente ha acabado en prisión.

Imagen de un ejemplar del libro de Luis Gonzalo Segura, ex teniente del ejército español / Aleix Ramírez

De alguna manera, ¿la justicia militar utiliza el denunciante como chivo expiatorio?

En los últimos tres años han existido 90 denuncias y ninguna condena. Una cifra que quiere enviar un mensaje claro a las mujeres y es que no tiene ninguna posibilidad. Te intentan interiorizar que estás llevando a cabo una traición al sistema.

El caso más mediático que se ha visto en los medios españoles es el de Zaida Cantera, en 2014 pidió la baja del ejército tras una denuncia por abuso sexual. Después se integró a la lista del PSOE en el Congreso para visibilizar su causa.

Desde mi punto de vista es triste que una persona como Zaida, tras sufrir un abuso y un doble acoso laboral, se haya prestado a blanquear el PSOE. Siento que una víctima de este drama entre en el juego político por dinero y poder.

En la etapa del Gobierno Zapatero, por primera vez, se situó una mujer al frente del ministerio de Defensa, ¿fue un punto de inflexión?

Para nada, ni el PSOE ni el PP. Carme Chacón no cambió nada y ahora Margarita Robles tampoco, con el agravante de que es juez de profesión. Ella sabe perfectamente el anacronismo que representa tener justicia militar y si no ha sido capaz de iniciar ninguna reforma para eliminarla o limitar su efecto, ya te demuestra qué voluntad tiene el Gobierno.

El cambio generacional no ha ayudado a erradicar estas prácticas, ¿qué denuncias en el libro?

La gente joven que accede al ejército también tiene en mente este componente jerárquico. La justicia militar es una justicia plena de amiguismos. Imaginemos por un instante que la corrupción del PP se hubiera juzgado en el ámbito militar. El grado de impunidad sería muy salvaje.

Nadie oculta nada, si se abusa de una chica a plena luz del día en una instalación militar, todo el mundo calla y mira hacia otro lado. Si la víctima tiene cero posibilidades de ganar su caso, un testigo no se arriesgará a explicar lo que ha visto.

Quizá es difícil de simplificar, ¿pero cómo se puede explicar al lector que es la justicia militar?

La justicia militar es un poder anacrónico y con una cúpula ultraderechista, un hecho más que demostrado. 40 años después de la muerte de Franco es injustificable como aún se mantiene este sistema.

Las ganas de intervenir en Cataluña, sobre todo a partir de los hechos de octubre del año 2017, ¿son un deseo de un pequeño reducto del ejército, o es de todo su conjunto?

En cuanto a Cataluña, no somos conscientes de la magnitud de los hechos y se ha banalizado mucho según qué consignas. Hay que reformar el ejército, los militares no han intervenido Cataluña porque no han recibido la orden, pero se mueren de ganas. ¡Esto es muy peligroso!

En caso de que la sombra de la duda hubiera llegado a los jueces del Tribunal Supremo, la causa de los presos políticos catalanes habría trasladado a la justicia militar. Nos sitúa claramente en la dictadura franquista. No debemos decir, así se ha visto en las elecciones españolas, que las fuerzas de ultraderecha son las más votadas en las zonas cercanas a cuarteles e instalaciones militares.

¿Cómo se acaba con esta influencia del ejército en la política española?

La izquierda no ha tenido voluntad de cambio, ya puedes entender que la derecha aún menos. Repito, una de las primeras medidas para proteger a las mujeres en el ejército y el resto del cuerpo es eliminar la justicia militar. Otras acciones efectivas serían cerrar las academias militares y otros espacios de ocio donde se fomenta la endogamia.

El libro también recoge casos de agresiones dentro del colectivo LGTBI

No existe ningún caso de una denuncia entre homosexuales y lesbianas, sólo se han diagnosticado situaciones de heterosexuales con homosexuales. Hablamos de una doble condena, la denuncia en sí mismo es una traición y por otra parte acabas descubriendo tu identidad sexual.

Luis Gonzalo Segura, ex teniente del ejército español / Gerard Sesé
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