viernes, 19 de abril del 2024

Bill Gates se reúne con Pedro Sánchez para cumplir con las conclusiones del «Evento 201»

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Beatriz Talegón
Beatriz Talegón
(Madrid, 5-5-1983) Licenciada en Derecho por la UAH, estudios en economía del desarrollo por la LSE en Pekin. Analista política. Ex Secretaria General de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas Actualmente colabora como analista política en distintos medios de comunicación (prensa escrita, radio y televisión).
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Bill Gates se ha reunido hoy con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y con José Manuel Albares, ministro del ejecutivo de Sánchez.

Ambos miembros del Gobierno han compartido en sus redes sociales imágenes y momentos del encuentro con el multimillonario y empresario norteamericano.

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Concretamente ha sido el ministro Albares quien ha hecho referencia expresa al «paternariado público privado» en cooperación para la salud. Un punto clave y fundamental que se encontraba en la hoja de ruta marcada en el Evento 201 organizado por el Foro Económico Mundial y por la Fundación Bill y Melinda Gates en septiembre de 2019.

Las conclusiones del Evento 201 pueden consultarse aquí. El propio título del documento apunta: «PUBLIC-PRIVATE COOPERATION FOR PANDEMIC PREPAREDNESS AND RESPONSE A CALL TO ACTION» (Cooperación publico-privada para la preparación y respuesta ante la pandemia. Una llamada pública)

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Conclusiones y recomendaciones de los expertos

Según el informe elaborado a raíz del «Evento 201», los esfuerzos para evitar las consecuencias devastadoras requerirán niveles de colaboración sin precedentes entre gobiernos, organizaciones internacionales y sector privado. Llamaron la atención sobre las grandes vulnerabilidades globales que no estaban cubiertas y se hizo hincapié en los desafíos del sistema internacional. La clave está en la cooperación del sector público con la industria privada.

El ejercicio sobre la pandemia «evento 201» demostró, según los expertos, que algunas de estas brechas existentes necesitarían de la cooperación público privada para poder hacer frente al gran reto que supondría la pandemia que hoy estamos viviendo. Las recomendaciones específicas fueron las siguientes

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1.- Los gobiernos, las organizaciones internacionales y las empresas deben planificar cómo se utilizarán las capacidades corporativas esenciales durante una pandemia a gran escala. 

Ya en aquel momento, octubre del 19, se apuntaba a que «durante una pandemi severa es probable que los esfuerzos del sector público para controlar el brote se vean desbordados». Pero los activos de la industria, señalaban, si se implementa de manera rápida y adecuada, podrían ayudar a salvar vidas y reducir las pérdidas económicas.

Ponían como ejemplo la necesidad de compañías con operaciones enfocadas en logística, redes sociales o sistemas de distribución para permitir la respuesta de emergencia de los gobiernos, comunicación de riesgos y esfuerzos de distribución de contramedidas  médicas durante la pandemia.

Incluye trabajar juntos para garantizar que los productos estratégicos estén disponibles y accesibles para la respuesta por parte de la salud pública.

La planificación de la contingencia para una posible asociación operativa entre gobierno y empresas será difícil y compleja, anunciaban, con muchos detalles legales y organizativos que abordar. Los gobiernos deberían trabajar (lo decían por aquel momento) para identificar las áreas más críticas de necesidad y llegar a los actores de la industria con el objetivo de finalizar los acuerdos antes de la próxima gran pandemia. En este sentido, por lo que se ve, vamos tarde, pues es ahora cuando empiezan a realizarse en nuestro país las aproximaciones entre la industria médica privada y la pública, entre otras cuestiones.

La Junta de Monitoreo para la Preparación Global, señalaban, estaría bien posicionada para ayudar a coordinar y dirigir los esfuerzos de los gobiernos, organizaciones internacionales y empresas, apuntando hacia dónde deberían enfocar sus energías para responder con eficacia a una pandemia.

2.- La industria, los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales deben trabajar juntos para mejorar la creación de contramedidas médicas que se mantienen internacionalmente para permitir una distribución rápida y equitativa durante una pandemia grave. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un arsenal virtual de vacunas contra la «influenza», con contratos vigentes con compañías farmacéuticas que han acordado suministrar vacunas en caso de que la OMS lo solicite.

Este modelo virtual, señalan, podría ampliarse para aumentar la capacidad de la OMS para distribuir vacunas y productos terapéuticos a los países con mayor necesidad durante una pandemia grave. Esto también debe incluir la existencia de vacunas experimentales disponibles para cualquier patógeno del Plan de I+D de la OMS para desarrollar un ensayo clínico durante brotes puntuales, explicaban.

Durante un brote catastrófico, señalaban, los países pueden ser reacios a separarse de los escasos recursos médicos de los que disponen. Por esta razón, disponer de una reserva internacional sólida podría ayudar a garantizar que todos tengan acceso a recursos necesarios. Los países que tienen capacidad de crear en gran medida, deben comprometerse a poder donar parte de su producción a quienes no tienen esa capacidad.

3.- Los países, las organizaciones internacionales y las compañías de transporte globales deberían trabajar juntas para mantener los viajes, y el comercio durante las pandemias. Los viajes y el comercio son esenciales para la economía mundial, así como para las economías nacionales e incluso locales y deberían mantenerse activas incluso durante una pandemia.

El informe apuntaba a que será necesario mejorar la toma de decisiones, la coordinación y las comunicaciones entre los sectores público y privado en relación al riesgo, las advertencias sobre los viajes, las restricciones de importación y exportación y las medidas a tomar en las fronteras.

El miedo y la incertidumbre, señalaban, ha llevado a veces a tomar medidas fronterizas injustificadas, cerrar negocios orientados al cliente, prohibiciones de importación y cancelación de vuelos de aerolíneas, así como envíos internacionales. Esto era lo que se decía en el momento de hacer el informe y ahora que estamos viviendo lo que está sucediendo con el coronavirus, vemos que se están produciendo exactamente estos errores que se avisaban ya.

Decía el informe que una pandemia particularmente rápida y letal «podría dar como resultado decisiones políticas para frenar o detener el movimiento de personas y bienes, lo que podría dañar a las economías que ya son vulnerables ante un brote. Los ministerio s de Salud y otras agencias gubernamentales deberían trabajar juntos ahora con las aerolíneas internacionales y las compañías navieras mundiales para desarrollar escenarios de respuesta realistas y comenzar un proceso de planificación de contingencia con el objetivo de mitigar el daño económico al mantener el viajes clave y rutas comerciales durante una pandemia a gran escala. Apoyar el comercio y los viajes continuos en una circunstancia tan extrema puede requerir la provisión de medidas mejoradas de control de enfermedades y equipo de protección personal para los trabajadores del transporte, subsidios gubernamentales para apoyar rutas comerciales críticas y protección de responsabilidad potencial en ciertos casos. Las organizaciones internacionales como la OMS, la Asociación internacional de Transporte Aéreo y la Organización de Aviación Civil Internacional deberían ser socios en estos esfuerzos de preparación y respuesta».

4.- Los gobiernos deberían proporcionar más recursos y apoyo para el desarrollo y la fabricación de vacunas, terapias y diagnósticos que serán necesarios durante una pandemia grave

Señalaba el informe que en el caso de una pandemia grave, los países pueden necesitar suministros a nivel poblacional de contramedidas médicas seguridad y efectivas, incluidas vacunas, terapias y diagnósticos. Por lo tanto, se necesitará la capacidad de desarrollar, fabricar, distribuir y dispensar rápidamente grandes cantidades de material para contener y controlar un brote global.

Los países con recursos suficientes deberían aumentar considerablemente esta capacidad, señalaban. En coordinación con instituciones y organismos internacionales, así como con mecanismos multilaterales y nacionales relevantes, deben realizar inversiones en nuevas tecnologías y enfoques industriales que permitirán la fabricación del material necesario. Para ello, recomendaban entonces que se fueran preparando en la elaboración de legislación para el caso concreto.

5.- Las empresas globales deberían reconocer la carga económica de las pandemias y luchar para estar mejor preparadas

Además de invertir más en la preparación de sus propias empresas e industrias, los líderes empresariales y sus accionistas deberían comprometerse activamente con los gobiernos y abogada por mayores recursos para la preparación ante una pandemia, avisaba el informe.

A nivel mundial, ha habido una falta de atención e inversión en la preparación para pandemias de alto impacto, y las empresas no participan en gran medida en los esfuerzos que hay que realizar.

Se debe a la falta de conocimiento de los riesgos comerciales que plantea una pandemia. Se deben construir herramientas que ayuden a las grandes empresas del sector privado a visualizar los riesgos comerciales que plantean las enfermedades infecciosas y las vías para mitigar el riesgo a través de la cooperación público privada para fortalecer la preparación. Una pandemia severa interferiría en gran medida con la salud a nivel global, operaciones comerciales y movimiento de bienes y servicios, advertían.

6.- Las organizaciones internacionales deberían priorizar la reducción de los impactos económicos de epidemias y pandemias

Señalaba el informe que sería probable que gran parte del daño económico que fuera a provocar una pandemia, se debería al comportamiento contraproducente de individuos, empresas y países. Ponían como ejemplo el hecho de interrumpir viajes, comercio o cambiar comportamientos en los consumidores, tal y como está ocurriendo.

Recomendaban el aumento y una nueva evaluación al apoyo financiero para una pandemia grave, ya que muchos sectores de la sociedad necesitarían esta inyección durante y después de la pandemia. Avisaban ya en el informe de que sería necesario identificar los nodos críticos del sistema bancario y las economías globales y nacionales, tan necesarias y esenciales que no se pueden dejar caer. Apuntaban al Banco Mundial o al Fondo Monetario internacional, a los bancos de desarrollo regional, a los gobiernos nacionales, las fundaciones, entre otros como actores que deberían explorar formas para aumentar la cantidad y la disponibilidad de fondos ante una pandemia.

7.- Los gobiernos y el sector privado deberían asignar una mayor prioridad al desarrollo de métodos para combatir la información errónea y la desinformación antes de la próxima respuesta pandémica. 

Ya en este momento, el informe recomendaba que los gobiernos deberían asociarse con empresas tradicionales y de redes sociales para investigar y desarrollar enfoques ágiles para contrarrestar la desinformación.

Anunciaban que esto requerirá desarrollar la capacidad de inundar los medios con información rápida, precisa y consciente.

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