Quien desprecia a Catalunya lo acaba pagando, es como una maldición. Aunque parezca que la política de la CCAA de Madrid está lejos de la catalana son vasos comunicantes. Como en el fútbol. Si al Barça le va bien, al Madrid no le puede ir igual. O viceversa. Le paso a Ciudadanos en su constante provocación catalanofóbica y así está, en caída libre hasta su extinción como ya predecíamos. Le pasó al PP, y ahora le ha pasado al PSOE por su falta de respeto al contencioso con Catalunya. Es como una bacteria que te devora por dentro. Como la ‘estrella marina’. La maldición de la Estelada.
El gran perdedor de estas elecciones madrileñas, ha sido el Partido Socialista. Una victima más por no ver la importancia de otras políticas de altura, como la herida abierta con Catalunya. Si Sánchez deambula en política de Estado, si miente a sus otros territorios ¿Qué esperaban en Madrid?. Habían cambiado las tornas en la Moncloa, pero no lo han aprovechado. El populismo pertenece ahora al PP, lo hemos visto con Ayuso y su prepotencia callejera. Anoche Ábalos solo sabía sacar pecho porque el PP en Catalunya estaba por debajo de Vox. Para eso si son ejemplo los catalanes. Es de partido pequeño y algo peor.
Hace un tiempo, después de las elecciones catalanas, un alto cargo el Gobierno se mostraba inquieto porque había confirmado que este PSOE «no tiene estrategia», gobierna en base a unos principios bamboleantes en función de las fuerzas cambiantes, nacionales o internacionales, y esa falta de firmeza acaba arrastrándolo todo. La falsa promesa de solución al tema político del Procès con los presos y exiliados políticos o directamente la infame mesa de dialogo, es un claro ejemplo de la nula credibilidad de Pedro Sánchez.
Con las elecciones de este 4 de mayo, esa reflexión lejana se ha hecho carne en el mismo instante en que Más Madrid ‘sorpassó’ al PSOE-M. A los socialistas a los que se les llena la boca de ‘progresismo’ deben dedicar un parón para meditar sobre su presente y su futuro. El bloque de izquierdas de la capital del reino se ha quedado muy lejos de cumplir con sus expectativas de echar al PP tras 26 años de gobierno, y eso que está con múltiples casos de corrupción a cuestas.
Madrid bien vale como termómetro representativo del resto del Estado en españolidad, y si no lo remedian el PP volverá pronto por sus fueros, porque España es de derechas, o más allá, vaya si lo es. Son los territorios como Catalunya donde en un momento dado se busca el equilibrio de este Estado convulso y centralista (ya no digo represor). Hay que entenderse con ella, es seria. Aunque se quiera ir. A la ciudadanía españolista se le olvidan pronto las cosas, más si le dan tascas, cañas y toros. Carcomidos por el gusanillo de la ignorancia… quien desprecia a Catalunya, lo acaba pagando…
