viernes, 29 de marzo del 2024

La CUP votará a favor de la investidura de Aragonés tras avalar el preacuerdo con ERC

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Josep Herrera
Josep Herrera
Periodista Journalist Press                                                                                                                                                                             diariolasrepublicas@gmail.com
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Las bases de la CUP han avalado el preacuerdo alcanzado con ERC con el 59% de los votos, por lo que la formación ‘cupaire’ votará a favor de la investidura del candidato republicano a la Presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, de manera que ahora su elección en el pleno de este viernes depende de si cierra o no un pacto con Junts para investirlo como presidente.

Lo ha anunciado este jueves en rueda de prensa desde el Parlament la portavoz de la CUP en la Cámara catalana, Eulàlia Reguant, después de que los 1.401 militantes inscritos en las Asambleas Abiertas Parlamentarias de la formación hayan debatido sobre el preacuerdo con ERC.

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Con el ‘sí’ de la CUP a la investidura, Pere Aragonès ya tiene 42 votos a favor para salir escogido presidente este viernes y le faltarían 26 para alcanzar la mayoría absoluta necesaria para ser investido en primera vuelta, lo que deja la investidura en manos de Junts.

En el debate sobre el preacuerdo, las bases de la CUP debían votar tres preguntas diferentes en forma de árbol: en la primera sobre si avalan lo acordado con ERC, el 59,31% de las bases lo han apoyado, el 38,59% han votado en contra y ha habido un 2,10% de votos en blanco.

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La segunda pregunta planteaba si el acuerdo es suficiente y la militancia ‘cupaire’ ha contestado que ‘no’ con un 85,59%, un 12,91% que ‘sí’ y un 1,49% en blanco, mientras que la tercera pregunta era si se debía facilitar la investidura de Aragonès en el caso de que saliera una mayoría contraria al preacuerdo, por lo que ha quedado anulada.

Punto de Partida

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Reguant ha afirmado que el preacuerdo con ERC «no tiene la profundidad» que debería tener, que preferirían que fuera más allá pero que son conscientes de la capacidad de incidencia que las urnas les han dado en el hemiciclo, y ha llamado a Junts a la responsabilidad para sumarse al acuerdo.

Ha concretado que este no es un acuerdo de gobierno, sino acuerdo de mínimos y un punto de partida para iniciar un «ciclo de acumulación de fuerzas y de confrontación democrática».

«Mañana votaremos que sí, pero dejando claro que si no se da cumplimento o se entra en la dinámica partidista y electoralista de la última legislatura, tomaremos las decisiones que creamos más oportunas», ha avisado.

También ha advertido a ERC de que este preacuerdo debe estar recogido en otros pactos a los que puedan llegar con Junts: «Hemos aprobado este y no otro», y ha avanzado de que si esto cambia, la CUP entenderá que no se mantiene el acuerdo que sus bases han aprobado.

Reguant ha sostenido que no entenderían que Junts no compartiese el preacuerdo y ha deseado que se sume, porque este texto supone un punto de partida y tiene el objetivo de «iniciar una legislatura útil para el país y de confrontación democrática».

Además, ha pedido a los comuns, que dijeron que les gustaban algunos elementos del preacuerdo, que decidan si quieren ser «la muleta del régimen y la comparsa del PSOE o una herramienta de motor de cambio del país».

«Puntos débiles»

La portavoz anticapitalista ha explicado que la militancia no ha avalado puntos concretos del preacuerdo que ven «demasiado débiles o suaves», pero les han emplazado a seguir trabajando, ya que ven el preacuerdo como un punto de partida y no uno de llegada.

Reguant ha concretado que estos puntos son cuestiones programáticas que quedan «cojas» y cree que hay elementos que no se han recogido en el proceso de negociación, como en lo relativo al derecho a la vivienda.

Mesa de Diálogo

Sobre la mesa de diálogo, ha subrayado que la CUP no ha participado ni participará porque considera que en esta mesa no se dará salida al conflicto a través de la amnistía y el derecho a la autodeterminación, pero ha añadido que no la utilizarán «como herramienta para dar apoyo o no al Govern».

‘Cupaires’ y republicanos incluyeron en su preacuerdo que si en dos años ese espacio de diálogo con el Ejecutivo central no lograba algún avance –el tiempo que le queda como máximo al Gobierno de Pedro Sánchez–, se plantearían acabar con ella.

Reguant ha apuntado que el debate sobre si la CUP entrará o no al Govern está abierto y forma parte del proceso de negociación y ha reiterado que están dispuestos a «hacer lo que sea necesario» para iniciar un cambio de ciclo en esta legislatura.

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