jueves, 18 de abril del 2024

Abusos sexuales contra la infancia: la bestialidad de la que no se habla

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Beatriz Talegón
Beatriz Talegón
(Madrid, 5-5-1983) Licenciada en Derecho por la UAH, estudios en economía del desarrollo por la LSE en Pekin. Analista política. Ex Secretaria General de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas Actualmente colabora como analista política en distintos medios de comunicación (prensa escrita, radio y televisión).
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La Fundación ANAR ha publicado el primer estudio que se ha llevado a cabo sobre las víctimas de abuso sexual infantil en los últimos 10 años (de 2008 a 2018). Muestra cómo durante este tiempo los casos se han multiplicado por cuatro.

El estudio describe el perfil del agresor: hombre mayor de la familia, o del círculo de la familia, que actúa en solitario y que actúa en la propia casa. Pasa desapercibido y nadie sospecha de él. Han aumentado las agresiones en grupo. Una de cada diez agresiones sexuales a menores de edad son en grupo, un porcentaje muy llamativo que se incrementa de forma alarmante y desde la Fundación consideran que tiene mucho que ver con el «uso incontrolado de internet y sobre todo, a la pornografía».

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Respecto a los más pequeños, se denuncia que son los más desprotegidos, tienen menor capacidad de actuación. En su propio entorno se niegan los hechos. «La falta de reacción es, sin duda, una de las características en este grupo. En estos casos es más frecuente el archivo por falta de pruebas».

El estudio analiza 6.183 casos en los que la Fundación ha colaborado. ANAR y colabora con cinco ministerios: Consumo, Justicia, Igualdad, Educación e Interior. 

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«Este estudio pretende ser la voz de las víctimas. Queremos visibilizarlas y legitimarlas. Que se sepa que es un hecho mucho más frecuente de lo que se pueda pensar». Así lo ha explicado Benjamín Ballesteros esta mañana en la presentación del estudio, que puede verse aquí.

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Diana Díaz, Directora del Teléfono/Chat ANAR y Sonsoles Bartolomé, Directora del Departamento Jurídico del Teléfono/Chat ANAR han presentado los datos. La dificultad para poder elaborar este estudio es evidente: poder acceder a la información es una barrera, puesto que los agresores procuran no dejar huella de sus agresiones. «Las agresiones más traumáticas han sido en el cuerpo de los más pequeños, en bebés hasta 12 años», señala Diana Díaz. 

En el 9,6% en esta franja de edad las marcas han sido graves.

Sobre el uso de la tecnología para los abusos sexuales en la infancia, la tecnología está muy presente. También el consumo de drogas.

Siete de cada diez casos señalan a un hombre, mayor de edad, como el perfil más habitual de agresor. En los últimos años se han encontrado con el «fenómeno de las manadas»: en preadolescencia y adolescencia se están comenzando a producir agresiones en grupo.

En el 80,8% de casos el agresor es una persona del círculo más íntimo de la víctima: 49% son del entorno familiar (padre, abuelos, tíos, nuevas parejas de la madre, hermanastros). También los compañeros y amigos y adultos, fuera de la familia. En este último grupo se señala a monitores, vecinos. Es un abanico muy amplio de posibles agresores, señala Díaz.

A lo largo del análisis longitudinal sobre el agresor, el padre biológico ha llegado a ser el 32% de media. Disminuyen los adultos conocidos (vecinos, profesores). Aumentan las agresiones en grupos o manadas en los últimos años: «prácticamente antes no atendíamos casos como estos».

La violencia de género se ha multiplicado el 3,3% al 6,3% en el 2018. Los abusos se producen en el 77% en los entornos familiares, de más confianza del menor de edad. En la propia casa de la víctima o en casas de personas cercanas a la familia.

«Hay que tener muchísimo cuidado en el entorno escolar y en actividades extraescolares», señala Díaz. «Los varones tienen mayor riesgo a sufrir abusos en estos ámbitos».

Situaciones que se dan, en nuestro entorno, y que tienen la dificultad de denunciar. Muchos justifican al agresor, no encuentran apoyo en su entorno para denunciar. Solamente un 10% «encontraron la fuerza suficiente para poder denunciar los hechos y para colmo, 2 de cada 10 denuncias de esos casos que llegaron a denunciar fueron desestimadas por falta de pruebas». Benjamin Ballesteros se pregunta qué es lo que tiene que pasar para que estas denuncias sean tratadas como es debido, cómo combatir la soledad de estas víctimas.

El Consejo de Europa estima que una de cada cinco personas podría ser víctima de un abuso sexual en su infancia.

 

 

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