Adel bin Ahmed Al-Jubeir, más conocido en las esferas internacionales como Adel Al Jubeir. No es un dirigente saudí cualquiera, sino que curiosamente es el único miembro del Gobierno que no pertenece a la hermética familia real Suad (¿hombre de paja, testaferro?). Cosa que no desvincula la relación directa entre la monarquía saudí y la española en sus diferentes ‘negocios’, como el del rey emérito y el AVE a la Meca.
Ya antes de esos mandatos, fue la cara del régimen saudí ante los medios de comunicación locales. según indica VozPopuli, De 58 años, fue embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos entre 2007 y 2015, es decir, durante las administraciones de George W. Bush y Baraka Obama. Por lo que tiene un amplio abanico de experiencia internacional antes del caso de los millones ingresados a Juan Carlos I como un «regalo».
Dante Canónica, el abogado experto en la gestión de fondos para grandes fortunas, que ya apareció vinculado a Arturo Fasana en la operación Gürtel, fue el encargado de encontrarse con él. Fue en una nueva reunión entre Fasana y Al-Jubeir, esta vez en Basilea (Suiza), dentro de la terminal de vuelo privados de de Jet Aviation. Allí el gestor de fondos le dio un número de cuenta al dirigente saudí, que días después envió el dinero. Corinna la amante del rey, también refrenda esta versión del aeropuerto.
Arturo Fasana es el otro arquitecto financiero de las sociedades investigadas por Suiza y España y que ha salpicado de lleno al rey emérito por este tema. Adel Al Jubeir estuvo por primera vez en España con una labor de responsabilidad fue en 1991. Años después, en 2008, volvió a la capital de España para acompañar al rey Abdulá en una cumbre interreligiosa organizada por los saudíes y presidida por el rey Juan Carlos. El resto ya se está conociendo…
