Desde hace tiempo estamos denunciando las carencias de instrucción que padecen los militares en materias relacionadas con la especifidad de las fuerzas armadas como las tareas policiales, pero al menos esperábamos que después de unos años de funcionamiento del nuevo sistema de formación en las academias como las de suboficiales, un sistema cuya pretensión era que nuestros suboficiales ingresaran con un título de educación y ciencia de Técnico Superior, al menos esto se estuviera cumpliendo.
Sin embargo a temor de la respuesta ofrecida por el Secretario de Estado, el Sr. Alejandro Tiana Ferrer, a una pregunta realizada al portal de la transparencia, resulta que esto tampoco lo ha conseguido ninguno de los Ministros de Defensa ni sus Generales al mando.
El Secretario de Estado reconocía en su respuesta que desde el año 2008 sólo 4.359 Suboficiales habían adquirido una EQUIVALENCIA pero en ningún caso una TITULACION ACADEMICA, después de haber pasado por los ciclos de formación de las academias de suboficiales del Ministerio de Defensa, incluyendo la Guardia Civil (IMÁGENES A).
Así desde que en 2007 con la titularidad en el cargo de Ministro de Defensa de José Bono Martínez, se publicó la norma que recogía el grado de las titulaciones con las que tenían que ingresar los militares españoles, reconociéndoles la titulación de sus homólogos profesionales en la vida civil y poniéndoles a la altura de otros profesionales dentro de las organizaciones internacionales en las que desde estos últimos 30 años prestan un servicio distinguido, el resultado final es que después de todo el dinero invertido en infraestructuras, planes de estudio y supuesto profesorado reconocido, nuestro militares siguen finalizando sus estudios con una equivalencia y no con un título reconocido (IMAGEN B).
¿Es que la mecánica de los vehículos, aeronaves y buques militares es diferente de la de la calle? ¿Es que los electrones en las instalaciones castrenses llevan uniforme y se rigen por normas distintas de la física convencional? Porque a la hora de la verdad nuestros militares realizan exactamente el mismo trabajo que el de sus homólogos de la vida civil, ¿Cuál es entonces el problema para que puedan conseguir esa titulación reconocida en la vida civil?
No puede ser tan difícil crear unos centros de formación que cumplan con las exigencias de Educación y ciencia para obtener títulos reconocidos cuando en España existen multitud de centros privados en los que sí se obtienen dichos títulos, a no ser claro, que el trasfondo del problema sea que nunca se quiso dar esa titulación por miedo a la fuga de profesionales cualificados.
Dónde quedó aquella frívola declaración que decía: “Junto a esa formación militar, será requisito para acceder a las escalas de oficiales obtener un título de grado universitario y para las escalas de suboficiales, una titulación de formación profesional de grado superior.”, Lo único cierto es que 7 ministros después seguimos en el mismo punto donde estábamos, es decir, a nuestros militares se les reconoce no una titulación sino una equivalencia cuya única finalidad es encasillarlos dentro de un grupo de la administración pública a fin de poder justificar el nivel salarial que les corresponde.
En definitiva los españoles estamos manteniendo un sistema de Academias Militares que no obtiene ningún beneficio, que ha dejado a sus ingresados en el punto de partida, y que como consecuencia directa no permite que nuestros militares puedan acceder a puestos de trabajo en la vida civil tras haber ofrecido a la institución sus mejores años, permitiendo así un beneficioso relevo generacional que impida el envejecimiento de nuestras fuerzas armadas.
Reflejo de lo anterior es que ahora las empresas que desarrollan programas de armamento con el MINISDEF contratan personal civil que posea esa titulación cuando lo lógico y deseable sería que contratase a aquel personal que ya esta instruido y mentalizado en ideas como discreción del servicio y materias reservadas, y que conoce y domina el funcionamiento dentro de las fuerzas armadas.
Sin duda los máximos responsables de esta situación han sido todos los ministros de defensa que hemos tenido desde el Sr. Bono, pero eso no exime la grave responsabilidad de los que debieron dar continuidad al mandato recibido con independencia de los bandazos políticos que hubiesen sufrido en la jefatura del Ministerio, hablamos de generales encargados de los estados mayores y de la enseñanza militar como el General Enrique Jesús Biosca Vázquez en el Ejército del Aire, el General Jerónimo de Gregorio y Monmeneu en el Ejército de Tierra y el almirante Fausto Escrigas Rodríguez en la Armada.
