viernes, 29 de marzo del 2024

Destapando un “cortijo” militar 3ª parte

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Como decíamos en la anterior entrega, la acción más clara, y la que demuestra la connivencia y necesaria colaboración de los mandos superiores del EA, el sr. Otero Gollanes, y el sr. Javier Salto junto con su antecesor García Arnáiz, se lleva a cabo cuando, ante un parte presentado por el comandante contra la teniente Carballido y su amigo el brigada Varela por grave dejadez de funciones en la instrucción policial, entre otras, el teniente coronel firma y valida un informe realizado por el teniente Baraja Fernández, alguien con especial interés en desmentir los hechos pues era responsable de esa misma dejadez con anterioridad a la propia teniente, desmintiendo el parte y realizando falsedad en un documento público[1].

Posteriormente, dos miembros de la Policía Aérea de la unidad presentaron partes contra ambos mandos, la teniente y el brigada, por los mismos hechos que el comandante, manifestando que no habían recibido ningún tipo de instrucción policial. Sin embargo, lejos de hacer una nueva investigación revisando la realidad del informe del teniente coronel Mompó (pues no dejaban de ser dos testigos directos más), que negaban que se hubiera dado la citada instrucción, estos fueron archivados con base en ese mismo informe que se utilizara para archivar los del comandante, llegando a acusar a uno de ellos de actuar en connivencia con éste para manchar la imagen de un “buen” suboficial.

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A pesar de que estos generales, Otero Goyanes, quien archivó el parte y Javier Salto, quien inadmitió cuantos escritos presentó el comandante para mantenerlo archivado y no hacerse oficialmente conocedor, debían saber por el servicio de información interna lo que había estado sucediendo. Dieron por bueno el informe ordenando el archivo del parte. Impidiendo así que el comandante pudiera utilizarlo en su defensa mostrando que, frente a la denuncia de la teniente, en realidad se trataba de un problema de indisciplina y grave dejadez de funciones por parte de la misma.

Amén de lo anterior, dichos mandos hicieron gala de una bajeza moral sin parangón cuando no sólo archivaron el parte conociendo la realidad de lo sucedido, sino que, en contra de lo que recogía la Directiva del EA (firmada por el Jefe de Estado Mayor) y el propio procedimiento de la unidad, indicaron que la culpa de dicha falta de instrucción hubiera sido del comandante, cuando ambos documentos normativos señalaban de forma inequívoca a la teniente y al brigada como responsables directos.

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La última fase de esta labor de encubrimiento es dirigida directamente a hacer parecer que las posibles filtraciones de información sobre las irregularidades del “cortijo” que hubieran podido llegar al conocimiento del público como algo poco o nada creíble. Para ello, se procede a blanquear la imagen de la unidad realizando eventos a los que se les da gran publicidad en los medios, sobre todo locales, a fin de limpiar la mala imagen que se hubiera podido generar y presentarla ante el público como una unidad militarmente ejemplar.(Imagen A y B)

Cuestión de Justicia y Honor ha podido conocer que se va a presentar una denuncia contra los coroneles Muñoz Mompó y su antecesor Pérez Aragón. Esperemos que en esta ocasión el tribunal militar central haga aquello para lo que se supone que fue creado y no la archive por “carencia de intencionalidad espuria la conducta denunciada” como hiciera con la denuncia que el comandante ya interpusiera contra el coronel Pérez Aragón.

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A la anterior hay que añadir las denuncias que el comandante interpuso contra los suboficiales mencionados en el texto por deslealtad ante el Tribunal Militar de la Coruña, y que en estos momentos se encuentran en suspensión de tiempos a la espera de la resolución definitiva de la sanción que le impusieron. Esto a pesar de que se presentó un audio que, de forma clara e inequívoca demostraba como falsa la única acusación concreta de la denuncia, y sobre la que se apoyaba todo el expediente sancionador; que no pudo ser desmentida mediante documentos oficiales y que venía avalada por el amigo de la teniente, el brigada Varela, que declaró ser testigo, cuando dos testigos de la defensa negaron la presencia de éste en la escena, acusación que fue utilizaba para dar credibilidad a la sanción.

Es evidente que, de valorar dicha prueba resolviendo la culpabilidad y falsedad testimonial del brigada implicaría de facto el error de la resolución de la sanción permitiendo al comandante demostrar su inocencia.

Para finalizar, Cuestion de Justicia y Honor cree de justo derecho dar luz a todos los hechos que tanto los coroneles Pérez Aragón y Muñoz Mompó, como sus mandos jerárquicos el general Otero y el general Salto y su antecesor García Arnáiz han ocultado convenientemente durante todo este tiempo algo que hará en una próxima entrega.


[1]https://www.lasrepublicas.com/2019/06/07/el-escandalo-de-ciberseguridad-en-las-fuerzas-armadas-obliga-a-la-gran-evasion-a-uno-de-sus-generales/

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