jueves, 28 de marzo del 2024

155 ÓMNIBUS: el error de ERC, Bildu y BNG que todos podemos sufrir

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Pedro I. Altamirano
Pedro I. Altamirano
Editor de Las Republicas y fundador de la Asamblea Nacional Andaluza (ANA)
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He trabajado varios meses, desde el convencimiento personal, con apoyo y mandato de mis compañeros de Andalucía en Marcha, a favor de una lista republicana unitaria para, de ese modo, visualizar la fortaleza del internacionalismo y colaboración entre los soberanistas republicanos demócratas de todas las naciones del actual Estado español.

Recordar que Andalucía en Marcha es una confluencia de partidos soberanistas andaluces, Andalucía Comunista, PCPA, PTA, UPAM, CTI, todos con una larga tradición de lucha por Andalucía y el Partido Nacionalista Andaluz PNA, nacido de la desaparición del Partido Andalucista y volcado en la consecución de una República Andaluza. Por tanto, nada sospechosos de nada, limpios de todo y con la bandera de la lucha siempre en la mano.

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Desde estas posiciones, el compromiso y solidaridad con los pueblos que luchan por su derecho a la autodeterminación ha sido ejemplar, mucho más en el caso de Catalunya en estos momentos de lucha por su independencia, que se ha venido visualizando de forma continua con nuestra presencia, participación en todos los actos y momentos más determinantes celebrados en Catalunya. Un apoyo incondicional desde el convencimiento que sólo desde la unidad de todos los demócratas podremos conseguir los objetivos que nos son comunes.

Es por ello que mantuvimos continuos contactos con quién, a propuesta del PNA, se propuso como interlocutor natural: Esquerra Republicana de Catalunya ERC. Con ERC, a través mío, mantuvimos continuos contactos tanto por teléfono como en varias visitas a su sede nacional en Barcelona, donde siempre fui bien acogido y de forma correcta tratado. Sin embargo, nunca respondieron a nuestra propuesta de integración en una lista unitaria. Nunca contestaron a pesar de insistir que nos comunicaran un sí o un no, pero que nos contestaran. Lo único que recibimos fue un “se está hablando con Bildu y BNG” y a ver qué dicen. Nunca contestaron. Nos tuvimos que enterar por mediación de una tercera persona de que no, que el veto había venido de Bildu. Creemos, por tanto, que no merecimos ni merecemos este trato. Pero hasta aquí el relato.

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La negativa de ERC, Bildu y BNG, que entiendo colegiada, pone en evidencia y da razones a la derecha que dice, indica y repite que este bloque desprecia a los andaluces, que se creen superiores y por tanto supremacistas. Esta negativa la considero un verdadero error en sí misma, por lo que de error político tiene, pero además por la fortaleza en razones que se regala a la derecha en su discurso antisoberanista. Son estas cosas las que cambian el voto de muchos que se pueden sentir despreciados, de hecho, ya está ocurriendo en el mismo seno del andalucismo que apuesta por olvidar a los pueblos del norte y luchar en solitario, a lo que los andaluces ya estamos acostumbrados.

Este error, que ya cometieron al intentar dejar fuera a Andalucía del reparto territorial en base al techo competencial, llevó al pueblo andaluz a las calles un recordado 4 de diciembre de 1977, en el que fue asesinado García Caparrós. Conseguimos, a través de un referendo celebrado un 28 de febrero, el mismo nivel competencial de Catalunya, Euskadi y Galicia. Andalucía no era como las demás, sino como la que más. Un grave error desde el norte que, a la vista está, solo consiguió el famoso “café para todos”.

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Cuatro décadas después estamos en un escenario parecido, y con el mismo planteamiento erróneo Norte/Sur. Ya lo fue en aquella ocasión de aparente cambio político, mucho más ahora ante la evidente amenaza que supone, para todos, el auge de la extrema derecha.

Es curioso que la importancia que tiene Andalucía para el resto del actual Estado español, en base al peso político, tanto en cantidad de habitantes, votos y escaños, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, pasa desapercibido para los partidos soberanistas. Es lógico que, en unas elecciones municipales o autonómicas, sean las fuerzas políticas de estos territorios las únicas interesadas, incluso en unas elecciones estatales “normales” e incluso europeas. Pero resulta, y es más que evidente, que no estamos en un momento “normal”. Estamos en un momento crítico para la democracia y la libertad de todos, y ése es el problema a tener más que en consideración.

Tenemos, todos, por delante, unas elecciones estatales y europeas programadas. Unas elecciones en la que no están en juegos escaños, partidos o personas, sino en la que nos jugamos la esencia de nuestras posturas soberanistas. Por tanto, no es momento de cometer errores pasados, sino de ser valientes, solidarios, y determinados. Dejar a Andalucía sola en esta lucha ha sido un error grave, que no solo perjudicará a la propia Andalucía, sino a todos por igual.

Este desprecio “político” a los andaluces de Andalucía en Marcha está ya siendo utilizado, y será utilizado de forma progresiva, por parte de la derecha a través del “vais a votar a quienes apoyan a los que os deprecian”. Esto a los soberanistas nos da igual, contrariamente a los que, tras 38 años de PSOE, dudan. Y estos votos, que pudieran ser puestos al servicio de las tesis soberanistas, pueden terminar en manos de la derecha, incluido PSOE, con todo lo que ello supone. Recordar que Andalucía tiene 62 diputados que son vitales para el gobierno central, bien lo saben PP y PSOE, y ahora Cs y Vox.

Por ello creo que hubiese sido más que importante poder presentar una lista republicana común en confluencia y luchar juntos por todos los escaños posibles en todos nuestros territorios, tanto en las elecciones estatales como en las europeas. Una visualización de unidad que animaría a muchos demócratas a apoyarla. Pero no ha sido posible, y corremos el riesgo de lo contrario: que una derecha fortalecida y envalentonada consiga los escaños necesarios para lograr el Gobierno de España y, llegado ese momento, que nadie dude que impongan la aplicación del artículo 155 ómnibus, o lo que es lo mismo, para todos por igual.

Espero que esto no suceda. Que se imponga la razón, la libertad y la democracia y los ciudadanos confíen en los demócratas. En caso contrario todos lo pasaremos mal, y que nadie busque responsabilidades fuera de las decisiones tomadas por cada uno. En este caso, en mi humilde opinión, dejar a Andalucía sola y fuera de un frente común de lucha.

Pedro I. Altamirano

@altamiranoMLG

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